Jornada inolvidable en el Gaumont

El público superó las mejores esperanzas y en todas las exhibiciones agotaron las localidades

Fue un sábado inolvidable en el Gaumont, a punto tal que en la boletería donde se entregaban las entradas los responsables no alcanzaban para atender tanta demanda… Y en algún momento pensaron que hubiera hecho falta el cartelito que tanto desean los empresarios de sala “no hay más localidades”.

Pese al frío (la tarde estaba verdaderamente poco acogedora), la primera oleada se concretó cerca de las cinco para ver la española “El rey borni” de Marc Crehuet, que fue notablemente aplaudida por haber tomado en tono de comedia este encuentro entre un policía y el hombre al que volvió tuerto con una bala de goma. Y mientras salían entusiasmados los asistentes se entremezclaban con la cola de los ansiosos que aguardaban ver otra de las producciones en competencia internacional de largometrajes, la italiana “El sueño más grande “ de Michele Vanucci (que es protagonista, autor y director del film) una verdadera autobiografía sobre la redención de un ex convicto.
Nuevamente los aplausos coronaron el final de la exhibición. Y entonces ya entrada la nocche la argentina Alejandra Perdomo desbordó la sala con su “Cada 30 horas” , una tremenda y conmovedora denuncia sobre el femicidio, que terminó con aplausos, abrazos y lágrimas.

Pero hubo más. La noche la cerró “La golondrina” de Mano Khalil una producción de Siria, Kurdistan y Suiza, que cuenta como una joven suizaque viaja al kurdistan irakeno, en su ruta se encuentra con todo tipo de violencia y horror. Pero también en este durísimo relato se puede encontrar una esperanza.
Jornada que como resumen se puede confirmar que pocos públicos en el mundo son como el argentino. Capaz de interesarse por otras realidades.
Como era de esperar los organizadores cada vez más exhaustos pero también más felices.

Por Nora Lafon

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